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El cambio climático es una realidad innegable que ya afecta a millones de personas en todo el mundo. Se manifiesta en la alteración de los patrones de lluvia, el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los glaciares, el calentamiento de los océanos y la creciente frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos. Además, se observa un avance en infecciones reemergentes como el dengue. Este grave problema ha sido provocado principalmente por la quema de combustibles fósiles y el uso insostenible de energía y tierras, lo que llevó al calentamiento global de 1,1 grados por encima de los niveles preindustriales, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
En el Día Internacional del Cambio Climático, establecido por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se recuerda la urgente necesidad de abordar este problema. Las estrategias se centran en dos frentes principales: la mitigación, que implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, y la adaptación, destinada a fortalecer la resiliencia de las comunidades y los ecosistemas frente a los impactos ya evidentes del cambio climático.
Expertos del IPCC explicaron que la quema de combustibles fósiles libera dióxido de carbono, responsable en gran medida del calentamiento global, junto con otros gases de efecto invernadero como el metano. Además, señalaron que las emisiones también generan aerosoles que tienen un efecto de enfriamiento parcial, aunque no suficiente para contrarrestar el calentamiento.
La organización Fondo de Reserva Ambiental de los Estados Unidos comparó esta situación con la evidencia científica que estableció el vínculo entre el tabaquismo y el cáncer: “Así como pocas personas hoy cuestionan la relación entre fumar y el cáncer, deberíamos ver la relación entre las actividades humanas y el cambio climático de la misma manera: la ciencia es clara”.
Entre las pruebas que respaldan esta afirmación, los investigadores destacan el aumento del nivel del mar, el monitoreo de gases de efecto invernadero en la atmósfera, y los análisis que indican que el incremento de dióxido de carbono proviene de la quema de combustibles fósiles. Además, estudios remarca que los factores naturales, como los ciclos solares, sean responsables del calentamiento acelerado que vive el planeta desde el periodo preindustrial.
La doctora Carolina Vera, investigadora del Conicet y miembro del IPCC, advirtió que “las pruebas son contundentes: el cambio climático está ocurriendo, y ya estamos experimentando sus efectos, como más lluvias intensas y olas de calor más extremas”. Agregó que “es fundamental que las políticas actuales se integren con otros desafíos globales como la pobreza y la desigualdad, para que el enfoque sea verdaderamente efectivo”.
Por su parte, Celeste Saulo, Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial, alertó que con las políticas actuales, existe un 66 % de probabilidad de que el calentamiento global alcance los 3 grados en este siglo. “Las decisiones que tomemos hoy podrían marcar la diferencia entre un futuro de colapso o un avance hacia un mundo más sostenible”, concluyó.